Humane Reader es un dispositivo de muy bajo costo que ofrece a un hogar, una escuela o una biblioteca acceder a una colección de cinco mil libros digitales, aun cuando en ese sitio no se tenga acceso a Internet. Se trata de un dispositivo basado en tres microcontroladores Atmega328p y que puede fabricarse en cantidad por menos de 20 dólares la unidad. Utiliza una TV normal como pantalla para mostrar textos provenientes de libros, Wikipedia u otras fuentes, y sus autores lo han puesto a disposición de organizaciones no gubernamentales, educadores, entidades sin fines de lucro u otros organismos de ayuda.
Humane Reader es un dispositivo que permite acceder a una colección de libros digitales.
Se trata de una pequeña placa de circuito impreso, no mucho más grande que un paquete de 20 cigarrillos, que contiene una serie de conectores y tres microcontroladores Atmega328p. Estos microcontroladores, a pesar de no contar con un poder de computo ni siquiera remotamente parecido a un Intel Atom u otro microprocesador “normal”, le permiten al dispositivo mostrar texto en una pantalla de TV convencional de la misma forma que lo hacían los viejos ordenadores de 8 bits, manejar dispositivos USB como un teclado o un ratón y acceder al contenido de una tarjeta de memoria Secure Digital (SD) . Un conector miniUSB permite conectar algunos periféricos a la placa, y una salida de vídeo proporciona la imagen para el TV. Los libros se almacenan en una tarjeta SD de 2GB, y una pequeña fuente de alimentación proporciona los electrones que el sistema necesita para funcionar. Eso es todo.
El fin de Humane Reader es completamente loable y no hay dudas que es mejor que nada.
Por supuesto, el Humane Reader no puede ser considerado un “ordenador” en el sentido que lo es una notebook. Solamente puede desplegar textos en un TV. No es posible programarlo ni cargar programas de ninguna fuente, por lo que no podrás jugar ni procesar textos -tampoco descargar porno- con él. La imagen que llega a la pantalla es generada por uno de los tres microcontroladores, que corren el software desarrollado por Batsocks para su excelente Tellymate Project, y tiene una resolución de 25 lineas de 38 caracteres cada una en formato de vídeo compuesto NTSC/PAL. ¿Es posible leer un libro con ese tipo de imagen? Teóricamente si. Pero aunque Tellymate es realmente una muestra de todo lo que puede hacerse con un pequeño microcontrolador y una gran dosis de ingenio, puede que no haya sido concebido para una tarea como ésta. Los que usamos durante miles de horas ordenadores de 8 bits conectados a un viejo aparato de TV con resoluciones parecidas sabemos cuanto sufren los ojos ante semejante tortura. Por supuesto, el fin de Humane Reader es completamente loable y no hay dudas que es mejor que nada, pero posiblemente no pase de ser una curiosidad sin aplicación práctica.
El punto fuerte del aparato es sin duda su precio. Los creadores del dispositivo aseguran que puede construirse en grandes cantidades por unos 20 dólares la unidad, lo que lo convierte en uno de los (grandes comillas aquí, por favor) “ordenadores” más accesibles del mercado. Una tarjeta SD de 2GB puede comprarse -directamente en el fabricante,sin blister ni ningún empaque caro y superfluo, en cantidades importantes menos de un euro, y permiten guardar unos cinco mil libros en formato “TXT” (texto plano, como el que produce Notepad). Una verdadera biblioteca a disposición de maestros y alumnos por muy poco dinero, aunque sin poder incluir libros que tengan formulas, imágenes o gráficos de cualquier clase. Los autores mencionan contenidos provenientes de Wikipedia, lo cual es posible aunque por supuesto habría que utilizar previamente un ordenador convencional conectado a internet para descargar en una tarjeta SD los textos que queramos consultar más tarde en el Humane Reader. El argumento mas fuerte a favor de este tipo de dispositivos es que en prácticamente cualquier hogar o colegio hay un aparato de TV, que es todo lo que necesita para funcionar el dispositivo. Según los creadores del HR, hay cerca de 5000 millones de televisores instalados en edificios que no poseen acceso a internet. Su invento podría proporcionar el acceso a miles de libros digitales a todos sus ocupantes, al mismo precio que se paga por un solo libro “de papel”
ARTURO LUGO-apocusant
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